CONQUISTA
Y ROMANIZACIÓN: LA PERVIVENCIA DEL LEGADO CULTURAL ROMANO EN LA CULTURA HISPÁNICA.
Los romanos llegaron a la Península
Ibérica porque estaban involucrados en las guerras
púnicas, que enfrentaron a Roma con Cartago por el control del Mediterráneo
(246-146 a.C). La conquista romana se produjo en 3 fases. En la primera los romanos llegaron a la Península para cortar la vía de suministros del
ejército cartaginés, derrotaron a los cartagineses y conquistaron la zona
mediterránea. En la segunda (197-31
a.C) el interés romano se centró en el interior, con una gran oposición en la
que destacó Viriato y Numancia. En la última
fase (31-19 a.C) los romanos ocuparon la zona cantábrica en las guerras
cántabras. La península formo parte del Imperio Romano durante 5 siglos. La economía de Hispania se desarrolló
gracias a la racionalización, su inclusión en las redes comerciales y las
mejoras técnicas en agricultura (barbecho, regadío), pesca (salazones) y
minería (extracción de metales…con métodos como ruina montium). La sociedad
romana, basada en la desigualdad jurídica, se dividía en ciudadanos (con
derechos políticos) y no ciudadanos (hombres libres y esclavos). Hispania tenía
una solida base político-administrativa,
se crearon ciudades comunicadas por calzadas y se organizó el territorio en
provincias (senatoriales e imperiales). Al
principio había dos provincias (Ulterior y Citerior), posteriormente se crean
más. Los romanos llevaron a cabo la romanización,
proceso de asimilación de su cultura por parte de los
pueblos autóctonos, se vio favorecida por la unión territorial, el papel del
ejército romano y la integración de Hispania en el Imperio. Del latín
surgieron las lenguas del actual Estado español, excepto el euskera. El derecho
romano es la base del derecho occidental. El cristianismo, al principio
perseguido, se convirtió en la religión oficial.
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