LA MEZQUITA Y EL PALACIO EN EL ARTE HISPANO-MUSULMÁN
El arte hispano-musulmán mezcla elementos
romano-visigodos (superposición de arcos, arcos de herradura, celosías caladas
y dovelas de colores) con elementos
islámicos. El contacto con mozárabes, muladíes y cristianos dio lugar a los estilos
mozárabe y mudéjar. El arte hispano-musulmán estuvo marcado por la doctrina religiosa que
prohibía la representación de imágenes; por ello prima lo abstracto y la principal
manifestación artística es la arquitectura. Las principales manifestaciones
fueron la mezquita y el palacio. La mezquita es un edificio dedicado a la oración en el que es muy
importante la orientación hacia La Meca. Las mezquitas se crearon para que los
musulmanes rezaran juntos bajo las instrucciones del imán, es decir, para
fortalecer el sentimiento de comunidad. Destaca la Mezquita de Córdoba que se comenzó a construir en el siglo VIII
por orden de Abd Al-Rahman I y se terminó en siglo X, después de varias
reformas. En ella, el elemento novedoso es la superposición de los arcos para
mejorar la visión hacia la quibla y el mihrab.Algunos modelos de arquitectura palaciega son: El palacio de Medina Azahara en Córdoba, la aljaferia de Zaragoza (palacio fortificado), las alcazabas de Málaga y Almería, la
Alhambra de Granada. Esté ultimo tiene una gran importancia por su exuberancia
decorativa en el interior y su aspecto exterior de carácter defensivo, con
torres y murallas; Dentro de la Alhambra
se encuentran el palacio y los jardines del generalife, sencillos y deslumbrantes.
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